[...] Y María, estremecida
ante el tormento anunciado,
se calla y no dice nada,
porque sabe que, en lo alto,
el que es Padre de su Hijo
a la muerte lo ha enviado,
y Ella no quiere oponerse
a ese divino mandato.
José A. Garmendia.
Pregón de la Semana Santa de Alcázar de San Juan 2005
0 comentarios:
Publicar un comentario