LA PATRONA TINTA DE AZUL Y PLATA EL
AÑO JUBILAR
A la una en punto del mediodía el paso de
la Inmaculada cruzaba el dintel de su Parroquia para reencontrarse, un invierno
más, con todo el pueblo de Herencia. El Sol relucía justo al punto que la
cuadrilla de anderos pisaba la calle, mientras
el numeroso público aguantaba hierático durante las casi dos horas y
media el trayecto procesional.
El paso, portado a hombros, recorrió las calles manchegas en una salida en la que
la imagen estuvo acompañada de
representantes eclesiales y de todas y cada una de las Hermandades de
Penitencia y Gloria de la localidad. El trayecto, proseguido de numerosos
gestos populares de orgullo hacia la Inmaculada por parte de los fieles, tuvo
su culmen y momento de emoción más contenida a las puertas del Convento de la
Merced, donde al tiempo que la multitud cantaba la Salve, las dos devociones
marianas más importantes del rincón manchego se reencontraban de nuevo cara a
cara.
La Función Principal, al igual que las
novenas que precedieron al día grande de la Parroquia herenciana, estuvieron presididas
por el padre Juan José Ferrero, misionero redentorista y
activo colaborador de la Parroquia manchega durante todo el curso. Se trataba
éste de uno de los actos principales enmarcados dentro del Año Jubilar
Parroquial y uno de los días señalados por el Documento vaticano para conseguir
la indulgencia plenaria concedida por el Papa Francisco.
En sus palabras, Ferrero ofreció un repaso por la vida de María a través del
análisis de las desigualdades sociales que protagonizan la actualidad. En boca
del sacerdote durante el acto litúrgico, “la
sociedad necesita fijar su mirada en las madres, en la Madre. Al igual que el
Papa Francisco ha pedido un lugar privilegiado para la mujer en la Iglesia,
nosotros también debemos buscar el mejor lugar de todos para acoger a la
Inmaculada, Madre de todos los herencianos”.
LA
NOVENA Y LA VIGILIA, EL MEJOR DE LOS APERITIVOS
La noche del sábado estuvo precedida en el
mismo Templo por una multitudinaria oración en torno al Año Jubilar que acompaña
esta celebración invernal: los trescientos años de la historia de la iglesia
parroquial fueron el eje a partir del cual giró el argumento mariano de la
Fiesta litúrgica. En un análisis audiovisual de la historia del templo proyectado
sobre sus paredes interiores y la explicación de todos y cada uno de los
componentes artísticos que lo forman, el acto arribó en la figura de la
Inmaculada como pilar principal sobre el que se asienta la fe de todos los
herencianos.
Nueve días antes se celebraron la novenas en
honor a la Titular de la localidad ciudarrealeña, donde se fue adentrando en la
vida de María a través de la vida de la Parroquia, precisamente por ese
carácter jubilar del año que acompaña a esta celebración
JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
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