20 de mayo de 2013



















La tarde noche del 19 de mayo, Pascua de Pentecostés o Pascua de Jesús de 2013, será recordada por muchas personas, sobre todo por un gran grupo de mujeres que forman parte de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y que cada Viernes Santo portan a Nuestra Señora de los Dolores acompañando a su hijo, cautivo camino del Calvario...

Esta pasada Semana Santa no pudieron portar a su Madre de los Dolores por la lluvia... Pero si pudieron portar a Jesús en la tarde del 19 de mayo, en lo que ha sido un gran gesto de apoyo y reconocimiento de la Junta Gestora hacia ellas, hacia su entrega y sacrificio, hacia su enorme amor por María.

Así en la Plaza Aduana y hasta la confluencia de la Rondilla Cruz Verde con General Alcañiz, repletas de público deseoso de apoyarlas y animarlas en su especial labor de portadoras, se produjo el hecho histórico que quedará grabado en la mente y el corazón de todas ellas, de poder tener el privilegio de llevar sobre sus hombros al Señor de Alcázar.

La Procesión había partido de la Santísima Trinidad con cierto retraso respecto a la hora prevista, abriendo el cortejo la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús del Perdón, que por vez primera pudo acompañar musicalmente a la Hermandad de Jesús Nazareno, interpretando las nuevas marchas de su repertorio con mucho entusiasmo y entrega.

Tras ellos el estandarte de la hermandad precediendo a cientos de niños y niñas que este año han tomado su primera comunión. Y después Nuestro Padre Jesús Nazareno portado por su Cuadrilla de anderos, gran grupo humano que mantiene vivo su seguimiento a Jesús, esforzándose con su trabajo de portadores cada primavera doblemente, desde hace más de veinte años.

Acompañó musicalmente al Paso del Señor de Alcázar la Banda de Música de Alcázar de San Juan que, una vez más, estuvo enorme en la interpretación de piezas de Procesión, así como en el Himno a Nuestro Padre Jesús que sonó en diversas ocasiones.

En torno a la medianoche se cerró un día que unas valientes mujeres de Alcázar recordarán especialmente y que llenó de orgullo y sentimiento a todo un pueblo que, por no haberlo visto en Semana Santa esperaba a Jesús con mucha esperanza y anhelo, en el día de conmemoración de la venida del Espíritu Santo.

Esta modesta crónica va dedicada a todas esas mujeres de Alcázar que el 19 de mayo derramaron lágrimas de emoción y encanto en la Rondilla de la Cruz Verde.

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