La romería en honor a San Isidro Labrador, aún a pesar del mal tiempo, está lista para ser celebrada con la solmenidad y participación que merece el santo patrón de los agricultores.
Desde hace días se ha estado celebrando el solemne Triduo en honor al santo, predicado por los RR PP Franciscanos en su Iglesia de San Francisco de Asís. También en días pasados, concretamente el sábado 11, se celebraba el tradicional canto de los Mayos dentro del templo y posterior verbena en la Plaza del Altozano.
Hoy Fiesta Principal del santo se celebrará a las 11:00 de la mañana su Función Solemne y posterior procesión y romeria a la Ermita del Cerro popularmente conocido como de San Isidro, que este año ha sido acondicionado por el Ayuntamiento de Alcázar, en colaboración con la Hermandad, asfaltando la subida y la zona de bares.
Tradicional de este día es la celebración de comidas camperas y familiares, así como subir al cerro a visitar la Ermita y venerar a San Isidro, tomando después un botellín y un pincho en alguna de las casetas que se instalan por hermandades y colectivos más profesionales.
Imágen de archivo |
Interior de la Ermita de San Isidro con las Imágenes del Santo patrón de los agricultores, Santa Agueda y Santa Apolonia |
Caseta de 2013 |
SAN ISIDRO LABRADOR
San
Isidro Labrador nace en Madrid el 4 de abril de 1082, donde vive humildemente
con su familia hasta que, ante la inminente invasión árabe, se traslada a
Torrelaguna. Allí se casa con Santa María de la Cabeza, en el 1109, y 10 años
después regresa a Madrid para trabajar como criado para la familia Vargas,
viviendo en la casa que ésta tenía para los mozos de labranza, junto a la
parroquia de San Andrés. Allí nace su único hijo, Juan.
Labrador
y carpintero de vida sencilla, marcada por una profunda fe y devoción a la
Virgen, y espíritu caritativo. Todos los días, de madrugada, acudía a la
iglesia de Santa María de la Concepción, hoy Catedral de la Almudena, y a la
ermita de Santa María Magdalena, por la que tenía especial devoción. Por la
tarde, repetía sus itinerarios marianos, lo que provocaba las críticas de
algunos de sus compañeros, que le calumniaban por tener abandonado el trabajo.
Además de esta vida de oración y este fervor por la Virgen, se consagró a los
pobres, con la ayuda de su mujer, que compartía con él su amor por los más
necesitados.
Sus
milagros, muy sencillos, se correspondían con su tipo de vida. Así, una vez
hizo brotar un torrente de una roca, para dar agua a su amo sediento. Salvó con
sus oraciones a su hijo Juan, que cayó a un pozo, del que fue salvado
milagrosamente. Su patrón fue testigo de algunos de estos milagros, por lo que
cuando San Isidro murió, el 30 de noviembre de 1172, a los 90 años, todos lo
consideraban ya un santo.
Enterrado primero en el cementerio de la parroquia de San Andrés, fue trasladado a la Iglesia, ya que la lluvia desenterró su cuerpo incorrupto.
Alfonso
VIII en 1212 mandó que hicieran un arcón para enterrar su cuerpo. Allí
permanece hasta 1619, fecha en que es beatificado por la Santa Sede, con 438
milagros aprobados. Pablo V firma el decreto y se fija su fiesta para el 15 de
mayo. Fue canonizado en 1622 por el papa Gregorio XV. En tiempos de Carlos III,
su cuerpo se traslada a la Colegiata donde se encuentra hoy.
El
11 de agosto de 1697, Inocencio XII declara a su mujer Beata, y en 1752 es
proclamada como Santa María de la Cabeza.
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