18 de agosto de 2011


Ayer día 17 de agosto pudimos asistir a unos momentos vergonzantes en lo que se refiere al nulo respeto que algunas personas tienen por valores tan básicos y fundamentales como son la convivencia, las creencias religiosas y la libertad.

En la Puerta del Sol algunos manifestantes de la marcha laica contra la visita del Papa a España zarandearon, insultaron y lanzaron objetos contra peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud.

En democracia todos estamos obligados a respetarnos y, haciendo un pequeño esfuerzo, a comprendernos, aunque no compartamos ideas, ni sentimientos. ¿Qué es la democracia para quien insulta, zarandea o lanza objetos a quienes no comparten sus percepciones y valores?

Es más que respetable y lógico que haya ciudadanos que no deseen la visita de Benedicto XVI, por los motivos que sea, pero ello no justifica las agresiones y los insultos. Quien hace gala de estas actitudes lo que nos está diciendo es que quiere imponer su voluntad a los demás, es decir, no sólo nos dice que no nos respeta, sino que además nos dice como tenemos que actuar, pensar y ser. Esto no es democracia.

Se está produciendo una grave falta de valores en nuestra sociedad que nos están llevando a situaciones como la vivida ayer en Madrid. Todos aquellos que estamos a favor de la convivencia pacífica y democrática tenemos el deber de denunciar las faltas que se cometan en este sentido.

Por ello extiendo estas líneas. Y como no quiero que nadie interprete que soy un fundamentalista cristiano que defiende sólo lo suyo, denuncio también la actitud de muchos cristianos ante la libertad que todo ciudadano tiene de manifestar su descontento para con la propia Iglesia o la misma visita del Papa, especialemente la del detenido que quería atentar contra los manifestantes.

Debemos convivIr, entre todos, respetándonos y sabiendo que todo el mundo tiene derecho a manifestar libremente sus creencias, opiniones y pensamientos. Hace ahora precisamente 75 años del inicio de la tristemente recordada como Guerra Civil española y, salvando las distancias, ¿no tuvo mucho que ver aquel conflicto con el nulo respeto a las creencias, valores, ideas y opiniones de los demás, tanto por parte de un bando como del otro?

VAMOS A CONVIVIR, HOMBRE!!!