1 de abril de 2013

 


El tiempo, cambiante y traicionero de este mes de marzo, que ha sido el más lluvioso desde 1947, no quiso que la primera Procesión de la Pascua alcazareña saliese a la calle a compartir alegría y bendiciones con el pueblo que aguardaba.

Reunida de urgencia la Junta Directiva decidió esperar en un primer momento a una posible mejoría que no se llegó a producir, decidiendo finalmente a las 11:20 suspender la Procesión, ante la desilusión, llanto, desconsuelo y sentimientos rotos de gran parte de sus hermanos. Especialmente de los costaleros del Santísimo Cristo Yacente y de Nuestro Señor Resucitado cuya Cuadrilla cumplía su XX aniversario fundacional.

La Banda de Cornetas y Tambores "Santísimo Cristo de la Elevación" de Campo de Criptana subió al altar de la Iglesia para estrenar la marcha "Y elevándose resucitó" que, en comunión con la Cuadrilla de Costaleros del Resucitado y Yacente, han donado a la Cofradía del Santo Entierro. Obra de Abrahan Peña, con arreglos de Jessica Sánchez Ramos, basada en la canción "No tengo miedo de la libertad". La Cuadrilla de Costaleros hizo entrega de una partitura enmarcada a los representantes de la Banda de Campo de Criptana.

Después, con permiso de la Junta Directiva, se realizó una levantá del Paso de Nuestra Señora de la Soledad  momento en el cual su capataz, Abelardo Rosillo, anunció que dejaba su puesto, por motivos de trabajo, lo que provocó numerosas lágrimas entre los miembros de la cuadrilla que tan soberbiamente ha dirigido los últimos años, pasando por momentos tan duros como fue la pérdida de su amigo y compañero Fructuoso Castellanos y otros más dulces como fue el estreno del Palio el pasado año, pero dejando sobre todo un trabajo y unos valores debajo de su Paso que serán el pilar sobre los que quien le sustituya deberá apoyarse y trabajar.

Tras esto la cuadrilla de Nuestra Señora de la Soledad, pese a la leve lluvia que caía, se retiró al Atrio de la Parroquia dónde se produjeron abrazos, palabras de agradecimiento y multiples muestras de cariño hacia Abelardo, merecidas y muy sentidas.

Mientras esto sucedía se celebraba la Eucaristía de las 12:00 del mediodía en el interior de la Iglesia, en cuya homilia, el oficiante Don José Espinosa afirmó tras haber estado toda la Cuaresma cerca de los cofrades del Santo Entierro comprender el dolor y la amargura que se siente al suspenderse una procesión, algo que hasta ahora solo había visto por televisión y que le parecía algo sin fundamento y carente de sentido cristiano, cambiando su opinión por lo que ha visto estos días.

Después de la Eucaristía la Cuadrilla de Costaleros del Santísimo Cristo Yacente y de Nuestro Señor Resucitado se acercó al Altar Mayor con la excusa de hacerse una fotografía con motivo del XX Aniversario de su creación, tomando la palabra su capataz David Muñoz para alabar y reconocer el esfuerzo y el trabajo de todos los que han pasado por esta Cuadrilla a lo largo de veinte años, pero especialmente la labor y esfuerzo de los cuatros costaleros que desde 1993 aún están en activo, a quienes se les entregó una placa de homenaje. Estos cuatro valientes costaleros son: José Antonio Lizano, Miguel Ángel Marchante, Juan Carlos López y Luis Miguel Lizano.

Después tomó la palabra un costalero, creador de este blog, ante la sorpresa de los presentes, para en nombre de toda la Cuadrilla, agradecer el trabajo de los tres capataces que ha tenido el Paso de Nuestro Señor Resucitado y del Santísimo Cristo Yacente, a quienes también se les entregó una placa de homenaje. Estos han sido: Luciano Mazuecos, Rafael Quirós y David Muñoz.

También hubo un emotivo detalle, en forma de fotografía, para Abelardo Rosillo. Los cuatro capataces tuvieron palabras emocionadas de cariño hacia los costaleros y costaleras, afirmando que el mérito es de ellos y ellas y coincidiendo en que ellos han sido transmisores de unos valores y unas formas que han nacido en el seno de la Cofradía que les dió la oportunidad de ponerse al frente de los Pasos.

Así finalizó la Semana Santa de 2013, para la Cofradía del Santo Entierro, sin haber podido poner un solo Paso en la calle, pero habiendo realizado todo el trabajo con suma dedicación y empeño y habiendo vivido todos los actos de culto con la intensidad debida.

Nos quedamos con las palabras que una persona, presente en la Iglesia, dijo a un hermano de la Cofradía:
"Hoy no habéis salido con los Pasos a la calle, pero habéis salido en los corazones de toda la gente a la que habéis ayudado este año con las recogidas de alimentos, la carrera del duro y toda la solidaridad que habéis repartido, haciendo que familias con dificultades viviesen una Navidad digna y que tuviesen para llegar a final de mes..."








     El primer día de la semana fue María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y vió la piedra quitada del sepulcro. Echó a correr y llegó donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto."
 
     Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
 
     Llegó también Simón Pedro siguiéndole, entró en el sepulcro y vió las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
 
     Los discípulos, entonces, volvieron a casa. 

     Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y vió dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: "Mujer, ¿por qué lloras?" Ella les respondió: "Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto."
 
    Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dijo Jesús: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?" Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré."
Jesús le dijo: "María." Ella se volvió y le dijo en hebreo: "Rabbuní" - que quiere decir: "Maestro" -.
     
    Entonces, le dijo Jesús: "No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios."
(Jn 20, 1 - 17)

Esta crónica está dedicada con todo el cariño del mundo a Abelardo Rosillo Ruiz.

Agradecemos la realización de las fotografías a Ana Abengózar

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