DOMINGO DE RESURRECCION - TRANSMISION DE SENTIMIENTO Y GLORIA POR LAS CALLES DE ALCAZAR
Aunque el tiempo tampoco quiso acompañar, la Cofradía del Santo Entierro decidió celebrar la Procesión del Resucitado. Y es que no es lo mismo salir de día, cuando se ve a las claras la evolución de la nubosidad, que por la noche, cuando el cielo es una incognita. Además, las previsiones metereológicas solo daban posibilidad de lluvia a partir de las tres de la tarde, lo cual, dicho sea de paso, sucedió.
A las once en punto, se abrían las puertas del Atrio de Santa María a la gloria de Alcázar. Por una puerta, la que da a la zona del Torreón, salía el Paso de Nuestro Señor Resucitado, portado por su experta Cuadrilla de Costaleros. Por la puerta principal salía el Paso de Nuestra Señora de la Soledad, portado por su valiente Cuadrilla de Costaleras y Costaleros.
Minutos después se producía el Encuentro entre el Hijo y la Madre, al son de la marcha "Reina de la Soledad", compuesta por D. Luís Sánchez Romanos y dedicada a la Imagen Titular de la Cofradía del Santo Entierro. También sonaría el Himno Nacional, momento en el que se produjo la suelta de palomas y un fuerte aplauso irrumpió, señalando a las claras que el pueblo de Alcázar aclamaba y recibía con entusiasmo la Resurrección del Señor.
La primera levantá quiso dedicarla el Capataz del Paso del Resucitado a D. Luciano Mazuecos, primer capataz del Paso y miembro de la Junta Directiva que se encuentra convaleciente de una grave enfermedad. No obstante, sus costaleros también quisieron dedicarsela a él, por ser su décimo año al frente de la cuadrilla. Vayan desde estas líneas nuestras más sinceras muestras de felicitación y de orgullo por el trabajo tan grande que David Muñoz ha realizado y realiza frente a su Paso.
Partió el Resucitado de Santa María al son de la marcha "Bulerías en San Román", marcha señera para la Cuadrilla. Después sonaría "Al costalero del Resucitao", marcha dedicada a esta Cuadrilla de talento y maestría. Naturalmente, todas estas Marchas fueron interpretadas por la Septima Trabajadera de este Paso, la Banda de Cornetas y Tambores "Cristo de la Elevación" de Campo de Criptana que, una vez más, dejó a todo el mundo con la boca abierta ante tanto derroche de arte interpretativo y tanta capacidad.
Tras el Resucitado, la Madre, vestida con su manto azul característico. Una Imagen que aún siendo la misma que el Viernes Santo, parece cambiar de rostro y mostrar alegría. Mucho en ello tiene que ver la magnífica Cuadrilla que tiene debajo. Fue acompañada por la Banda de Música de Alcázar de San Juan.
Al paso de los titulares de la Hermandad por el Convento de las Hermanas de la Cruz, se realizó el tradicional saludo, dedicado a las hermanas y sus asiladas. Ellas, que desde su llegada a Alcázar son hermanas honorarias de esta Cofradía, haciendo gala de su generosidad, interpretaron sendos cánticos de gloria.
En el Cristo de Villajos, tan lleno de gente que más no cabía, espectante esperaba Alcázar para ver al Señor, en su saludo a la Capilla, signo y símbolo de la victoria de la vida sobre la muerte. Si proverbial fue el saludo del Resucitado, no menos lo fue el de la Soledad, a base de izquierdos, al son de Callejuela de la O. Belleza, elegancia y tronío. No se puede más.
La Castelar, repleta de alcazareños que se habían quedado sin su Semana Santa, acogió a la Cofradía, con calor emotivo y muchos ánimos para costaleros y costaleras.
En torno a las tres llegaba la Cofradía a su Templo, con una cada vez mayor amenaza de lluvia. Por ese motivo el Paso del Resucitado hizo su entrada más aligeradamente que en otras ocasiones, al son de la marcha "Al tercer día" y de "Al costalero del Resucitao".
Lamentablemente el Paso de Nuestra Señora de la Soledad no pudo realizar su entrada tan brillantmente como habría deseado al hacer aparición la lluvia y desaparición la Banda de Música de Alcázar. No obstante, los presentes entonaron el Ave María de la marcha "Encarnación coronada" otorgando a la entrada la emoción y el sentimiento que requiere la Madre de Dios.
Tras arriarse el Paso el Párroco de Santa María, Javier Quevedo, entonó la Salve, en latín, seguida por los asistentes, que, brillantemente, cerró la Procesión del Resucitado.
Final hermoso para la atípica semana de Pasión que nos ha tocado vivir este año, aunque la Procesión de Resurrección sea de Gloria. Esperemos que en 2012 sea todo tan distinto que ni nos acordemos de los tristes momentos pasados.
En la esperanza de volverte a ver
fueron miles los que te siguieron
y aunque con temor te recibieron
hoy se plantan a tus pies.
Cristo bendito de Santa María,
Señor de la luz y la vida,
ruega por Tu pueblo de Alcázar.
Fotos: Raquel Rodríguez Monreal
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