A las 18:00 horas, partió de Santa María La Mayor, la Procesión de "La Salud" que organiza la Fervorosa Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de la Salud, cada año con más brillantez, cada año con más penitentes en sus filas y cada año, con más dedicación, amor y cariño.
El tiempo acompañó a la hermandad, aunque al final se levantó algo de viento. El transcurrir fue un ejemplo organizativo, con sobriedad y un comportamiento impecable de los penitentes.
El Paso de Nuestro Padre Jesús del Perdón, adornado con clavel rojo, dirigido, desde el martillo, por Ángel Gabriel Ortega, fue acompañado, por primera vez, por su Banda, la de Cornetas y Tambores "Jesús del Perdón". Este hecho marca un hito en la historia de la hermandad y de la propia Banda. Ni que decir tiene que el acompañamiento musical de la Banda a su Paso fue magistral, haciendo ver que hay algo más que profesionalidad, mucho más que eso, fervor y pasión por su Cristo con la cruz al hombro.
La cuadrilla del Paso de Cristo dio fe de una evolución a mejor, que se nota año a año, en todas las levantás, arriás, revirás, racheos e izquierdos. Vaya para ellos una franca y sincera felicitación por un trabajo muy bien hecho.
La Virgen hermosa, con su Paso de blancas rosas, hizo una Estación de Penitencia de esas que se recordarán para siempre. Con una elegancia y delicadeza exquisitas, propias de una reina. Gran Cuadrilla de Costaleros que nos hizo vibrar en cada paso que iba dando, comandada por los hermanos Jesús y Juan Carlos Rosillo.
En el saludo al Cristo de Villajos, más de un rostro se llenó de lágrimas, al canto de la Salve, cuando interpretó la Banda de Música de Aldea del Rey la marcha "Encarnación Coronada".
En suma, derrame de sentimiento, fe y esperanza por las calles de Alcázar, en la tarde del Domingo de Ramos en que la más joven hermandad de nuestra localidad, cumplía diez años de acompañamiento a Jesús y a su Madre.
Salud bella, Virgen preciosa,
no llorés más, Madre Mía,
que no puede ver mi alma
afligida a la rosa escogida.
Salud y Perdón de Alcázar,
Madre y Señor de esperanza.
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