Cuando la Semana Santa parecía abocada a celebraciones únicamente en los templos, el tiempo dio una tregua, por lo que en una noche de templanza, no sin alguna nube, el Santísimo Cristo de la Expiación pudo procesionar, en su tradicional Vía Crucis, por las calles de Alcázar.
A las once en punto de la noche comenzaba el rezo del Vía Crucis, con la primera Estación, a cargo del trinitario R.P. Vicente Elipe, después vendrían otras doce estaciones rezadas en diferentes domicilios de las calles Hermanos Galera, Rondilla, General Alcáñiz, Emilio Castelar y Plaza de Santa Quiteria, para concluir con la decimo cuarta en el templo, en torno a las 2 de la madrugada.
Nuestra (y digo nuestra porque lo es de todo Alcázar) Banda de Cornetas y Tambores "Nuestro Padre Jesús del Perdón" abrió el cortejo procesional interpretando marchas de su repertorio, tales como "Oración" o la recién estrenada "Agonizando en la Cruz" que está precisamente dedicada al Cristo de la Expiación.
La figura de Fructuoso Castellanos, quien fuera durante los últimos años capataz del Paso del Cristo, estuvo muy presente durante toda la noche. El Paso lucía un gran crespón negro en su delantera. Todos los anderos portaban lazos negros en sus túnicas, en recuerdo a nuestro querido hermano y amigo.
Manuel de la Guía tomó el relevo de Fructuoso, haciéndo de su trabajo frente al Paso, toda una lección de saber estar, dirigir y hacer. Nuestra enhorabuena por éste su primer Miércoles Santo al frente del Cristo de la Expiación, al que, sin duda, seguirán otros muchos.
En la soledad de la cruz
tu mirada se dirige al cielo,
clemente, suplicante, en silencio...
Tras una cruel e inhumana tortura
Tu pensamiento último,
Cristo de la Expiación de Alcázar,
ha sido para perdonar a tu pueblo...
Sepa yo, Señor, perdonar a mis hermanos,
olvidar sus faltas y excesos, y amarlos
como Tú hiciste desde ese madero.
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