17 de febrero de 2013




Luís Cortés impartió una magistral charla sobre la transmisión de la fe en la familia, para ello utilizó el ejemplo y la moraleja de varias anecdotas y vivencias de forma amena y muy instructiva, haciendo participe al público asistente, llegándose incluso al debate al finalizar.

Comenzó su intervención con la historia del montañero que queriendo alcanzar la cima del K2 cayó y quedó suspendido por la cuerda de seguridad. En medio de las nubes, sin poder ver lo que había a su alrededor, pidió ayuda a Dios... Al tiempo escuchó una voz que le decía: "corta la cuerda". Varias veces más la escuchó, pero no lo hizo, se aferró con más fuerza a la cuerda que lo sujetaba... A la mañana siguiente lo encontraron congelado agarrado a la cuerda y a tan sólo dos metros del suelo. De ahí surgió la primera reflexión: ¿A que cuerda nos agarramos nosotros? 

Si en lugar de a la cuerda de lo material, de lo que vemos unicamente, de lo que creemos que es la realidad o la única salida nos aferramos a la fe, a Dios, a Jesús, al Evangelio... podremos ser buenos transmisores de la fe en nuestras familias.

Continuó diciendo que la transmisión de la fe dentro de nuestras casas debe hacerse en todo momentov y lugar, sin esperar por ejemplo a la oración de la noche, que todos solemos hacer cuando más cansados estamos, antes de irnos a la cama. Se puede hacer oración en cualquier momento del día, al bendecir la mesa, antes de comenzar a hacer las tareas del colegio, en un simple paseo por el campo o el parque, etc... Tambien resaltó la importancia del domingo, no sólo como día del Señor, sino además como día de la familia, en el que se puede leer el evangelio en casa o explicarles el que se ha leído en misa.
 
Hay que acudir con los niños a la Iglesia, hacer que conozcan al sacerdote o a otros religiosos, como por ejemplo misioneros que vienen a dar charlas, ensalzar la imagen de estas personas que viven entregadas a Dios. También es bueno compartir experiencias solidarias en familia, como acudir a la Campaña de Navidad de Caritas en familia, colaborar con Manos Unidas todos juntos...

Somos capaces de paralizar toda actividad en nuestra casa por un partido de fútbol señalado o una buena película y no hacemos lo mismo ante un reportaje sobre un misionero o sobre personas que trabajan para ONGs, que son ejemplos muy hermosos y grandes de entrega hacia los demás. Ver y hacer ver a los pequeños estos testimonios son de gran ayuda para transmitir la fe.

Los niños absorven todo lo que ven en sus padres, tios, abuelos... Por eso es esencial tener delante de ellos un comportamiento de cariño, comprensión, dialogo, compartiendo tareas, cargas, y mostrarselo todo como lo mas natural del mundo. Adenás señaló como muy importante el hecho de dedicar a nuestros hijos mucho más tiempo del que les dedicamos, aún a pesar de volver cansados del trabajo o de desear tener tranquilidad en casa...

También resaltó el modo en que se debe hablar de Dios a los niños. Si se utliza un tono severo, desde una posición de dominación, el niño no sólo no se abre a Dios sino que además acaba temiéndolo, cuando lo que realmente hay que trasmitirles es que Dios es Amor.

No juzguéis y no seréis juzgados. Esta lección es muy importante para los más pequeños. En ello es básico que los adultos no hagan juicios de valor sobre otras personas, menos aún cuando casi nunca conocemos la realidad de lo sucedido o si del resultado del "enjuciamiento" no va a salir nada positivo. Hay que vivir la fe con alegría, humor sano, crítica constructiva, intención constante de mejorar como personas.

Hizo también hincapié en que hay que aprovechar todo suceso y momento para explicar desde la fe que es lo que está sucediendo. Por ejemplo ante una muerte o enfermedad hay que hacerles ver que es algo natural, que forma parte de la vida... Nunca que Dios nos arrebata al ser querido o nos castiga con enfermedades. Al contrario Jesús es un amigo y compañero de camino y Dios un Padre. Es la vida la que pone enfermedades, muerte, desastres...

Para ejemplificar contó que cuando nacemos nos dan dos velas. Una es la de la vida, la de unas personas es más larga y la de otras es más corta y se enciende nada más nacer. La otra es la del amor que se enciende cuando amamos, es decir, cuando hacemos algo bueno, perdonamos, deseamos el bien de los demás... Cuando la vela de la vida se agote, la vela del amor debe estar también practicamente agotada, si no es así, algo no habremos hecho bien...

También resaltó que la labor que esta realizando la Cofradía del Santo Entierro en tantas acciones solidarias como viene haciendo sirve de estímulo y ejemplo y es una auténtica transmisión de fe, especialemnte para los más jóvenes, por lo que animó a seguir trabajando en esa misma línea.

Al finalizar se entabló un debate entre los asistentes sobre los obstáculos que hoy en día se encuentran las familias a la hora de transmitir la fe, como son la sociedad del consumismo y de la imagen que nos vende la televisión, el poco tiempo que se tiene para los hijos, la mala prensa que tiene la Iglesia como institución, la negación radical de Dios que han hecho muchas personas de nuestro entorno, etc... Luis Cortés resaltó que en todo momento hay que combatir esas dificultades desde y con el amor.

Al concluir su intervención se le hizo entrega de un detalle en agradecimiento por parte de Rafael Quirós, Hermano Mayor de la Cofradía.

La siguiente charla que con motivo del Año de la Fe tiene programada el Santo Entierro se celebrará en abril y versará sobre San Juan de Ávila, un gran transmisor de la fe, nacido en Almodovar del Campo, declarado Doctor de la Iglesia y cuyo Año Jubilar se está celebrando este año. Como complemento a la charla se hará una peregrinación a Almodovar del Campo en los días siguientes.



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