24 de abril de 2014







El Viernes Santo amaneció con una temperatura inusual para la época, más propia de fechas más avanzadas, y con unos colores primaverales que anunciaban día grande de Semana Santa en Alcázar. El Señor de Alcázar iba a poder recorrer las calles de su pueblo...

Conforme se acercaban las 7:00 de la mañana cientos de hermanos con su túnica morada se iban aproximando a la Santísima Trinidad en cuyo Pretil miles de alcazareños esperaban desde bien pronto la salida de Jesús y su Madre.

Antes de Ellos salió al citado Pretil el Paso de Misterio de la Flagelación, que fue musicalmente acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores "Nuestra Señora de los Dolores y la Soledad" de Madridejos, encaminándose por la calle Trinidad mientras la organización iba ya ubicando a los nazarenos de túnica y cetro en las filas.

Salió Nuestra Señora de los Dolores llevada de rodillas por sus valientes portadoras, sin el Palio, el cual se ubicó una vez el Paso había traspasado completamente la puerta. Después se levantó el Paso para seguir el camino del Calvario alcazareño tomando la calle Trinidad. Acompañó musicalmente a Nuestra Señora la Banda de Música de Alcázar de San Juan.

Y después salió Jesús, entre emociones contenidas pero también con alguna que otra lágrima derramada por los fieles, de rodillas, sobre los hombros de sus portadores, componiéndose una de las imágenes más vibrantes y sentidas de la Semana Santa alcazareña. Y con el Señor se produjo el esperado estreno del acompañamiento musical de la Agrupación Musical "El Perdón" de Alcázar de San Juan, que volvió a demostrar la maestría que ha alcanzado en la interpretación de su repertorio.

Así salió el cortejo procesional del barrio trinitario encaminándose hacia la Plaza para después llegar a Santa María y poco a poco acceder por el barrio más antiguo de Alcázar hacia el Altozano de la Inmaculada Concepción, dónde la Madre se encuentra con su Hijo, en otro de los momentos más hermosos y esperados de la Semana de Pasión alcazareña al que asistieron miles de fieles.

No faltó el pueblo tampoco en en el resto del recorrido del cortejo penitencial, que en torno a las 14:30 h volvió al templo trinitario después de haber acompañado a María y a Jesús por su Alcázar del alma, en una esplendida mañana de calor como se recuerdan pocas que quedará grabada en el corazón de todos los que la vivieron.



EL NAZARENO

La mayor in­jus­ticia es con­denar a un inocente in­de­fenso. Y, un día, la maldad juzgó y con­denó a muerte a la Inocencia.



¿Por qué con­de­naron a Jesús? Porque Jesús hizo suyo todo el dolor del mundo, asumiendo nuestra hu­ma­nidad y, con ella, las he­ridas de nuestras faltas, con las que cargará para cu­rarnos por el sa­cri­ficio de la Cruz.



Lo que más im­pre­siona es el si­lencio de Jesús. No se dis­culpa, es el cor­dero de Dios que quita el pe­cado del mundo… Azo­tado, ma­cha­cado, sa­cri­fi­cado… Enmudeció y no abrió la boca.



En el si­lencio de Dios, están pre­sentes todas las víc­timas inocentes de la injusticia que siem­bra odios di­fí­ciles de curar. Jesús calla en el co­razón de muchas per­sonas que, en silencio, es­peran la sal­va­ción de Dios.




Fotografías: JCC y GONDOCAR

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