28 de marzo de 2013











Las lluvias que durante el Miércoles Santo dieron una pequeña tregua a nuestra Semana Santa, pese a la presencia de algunas gotas, permitieron que la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiación rezase su Vía Crucis con la solemnidad y sobriedad que siempre ha caracterizado a esta Hermandad.

La Agrupación Musical "Nuestro Padre Jesús del Perdón" acompañó musicalmente el Vía Crucis, interpretando varias de las nuevas marchas de su repertorio, con calidad y precisión, haciendo silencios cada vez que se procedía al rezo de una Estación.

Las Estaciones repartidas por todo el recorrido acercan al que participa en el a aquel Jerusalen de hace dos mil años, invitando a imaginar el padecimiento de Jesús para reflexionar sobre el daño que somos capaces de causar los seres humanos a nuestros semejantes, aunque no tengan que cargar con la culpa que les cargamos.

Se notó un cierto aumento en el número de hermanos de túnica que acompañaron al Santísimo Cristo de la Expiación, que fue portado a hombros como todos los años desde hace ya más de 30. El arreglo floral del Paso fue de monte de clavel rojo. Numeroso pueblo acompañó el Paso, junto con las representaciones de Cofradías y Hermandades.

Cerca de las 2:00 de la madrugada finalizó el Vía Crucis con la lectura de la última Estación en la Parroquia de Santa Quiteria.






       Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: "Eloi, Eloi, lamá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
       
       Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: "Está llamando a Elías".
 

       Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: "Vamos a ver si Elías viene a bajarlo".
     
       Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró.
(Mc 15, 33-37)

Agradecemos la colaboración de José Luís Beamud en la realización de este artículo

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