25 de marzo de 2013























Con cierto retraso comenzó la Estación de Penitencia de la Hermandad de la Salud que en una tarde invernal recorrió las calles de Alcázar con devoción, fervor y saber estar, repartiendo emociones y acercando a Cristo y su Madre al pueblo que les esperaba expectante después de la suspensión de su salida procesional del año pasado.

El Paso de Cristo fue musicalmente acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora del Rosario de Crevillente, que desplegó un amplio repertorio de marchas de Semana Santa con mucha calidad y soberbia interpretación.

La Virgen del Salud fue acompañada por tercer año consecutivo por la Asociación Musical Mozart de Aldea del Rey (Ciudad Real) que interpretó su repertorio también con mucha brillantez.

El adorno floral de los Pasos fue realizado por hermanos de la Cofradía. Los Pasos de los Titulares lucieron lazos negros de luto.

Destacaron sobre todo, por la emoción que hicieron sentir con su trabajo los costaleros de ambos Pasos, los saludos a las Hermanas de la Cruz y al Cristo de Villajos. Especialmente brillante la salida del citado saludo del Cristo de Villajos del Paso de Cristo con cuatro marchas seguidas (A la Gloria, Saeta, Caminando va por tientos y Al compás de la Laguna). La Virgen de la Salud hizo su saludo con Salve Baratillera (entrada) y Aires de Triana (salida).

En torno a las 22:30 horas finalizó la Estación de Penitencia del Señor del Perdón, Rey de la Misericordia, y Nuestra Madre de la Salud que vela por todos los enfermos de cuerpo y alma.










      Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: "¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?"
    "En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo.
     La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo.
     También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada.En verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre.
     Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado.
   Os he dicho todo esto en parábolas.Se acerca la hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del Padre.
Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que salí de Dios.
(Jn 16, 19-27)


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